El Malecón habanero: la historia y 7 curiosidades detrás del muro
Uno de los símbolos más significativos de la capital cubana es su malecón, un muro de piedra que se extiende 8 kilómetros a lo largo del litoral de la capital cubana y a 4 metros sobre el nivel del mar. Pero el Malecón habanero es mucho más que un muro de piedra. Es parte de la historia y la esencia de todos los cubanos: capitalinos y provincianos que no pueden dejar de pasar por uno de los espacios más cosmopolitas de la ciudad.
La importancia de esta obra no pasa nunca por alto a la vista del visitante local y foráneo. Por eso, queremos contarte un poquito de la historia del Malecón de La Habana y algunas curiosidades que a más de uno les hace abrir los ojos 👀
¿Qué significa Malecón?
Si nos vamos a un diccionario, veremos que las entradas definen a esta palabra como un dique, escollera, rompeolas, murallón o terraplén construido para defenderse de las aguas. En algunos países latinoamericanos también se le define como un paseo que corre paralelo a la orilla del mar o de un río.
El Malecón de La Habana ha sido testigo de incontables vicisitudes climatológicas que han azotado la costa norte capitalina. Y ahí sigue resistiendo estoicamente 💪
¿Cuándo y por qué fue construido el Malecón de La Habana?
El tramo que ocupa hoy el Malecón habanero fue inicialmente conocido como la Avenida del Golfo. El espacio costero que recorría la ciudad desde la entrada de la Bahía de La Habana hasta el Torreón de San Lázaro era apenas una zona abierta de roca y mar.
Un espacio inhóspito donde muchas familias disfrutaban de baños de mar en lo que llamaban pocetas de ahogado, las cuales se creaban de forma natural entre las rocas.
Sucedía casi como en un gran Teatro de Ópera: habían pocetas pequeñas con locales reservados para la familia, y otras muy amplias donde hombres y mujeres disfrutaban del mar por separado.
En 1819 iniciaron obras para un “ensanche de extramuros”, y así dar forma a la que después llamarían la Avenida de Antonio Maceo, nombre que curiosamente muchos cubanos desconocen.
El crecimiento acelerado de la ciudad a principios del siglo 20, sumado al rápido deterioro que sufrían los edificios del área debido a inundaciones por las inclemencias del tiempo que llegaban del norte, abrieron paso a la construcción de lo que hoy conocemos por el Malecón de La Habana.
En 1901, en tiempos de la intervención militar norteamericana del General Wood, comenzó su construcción a partir del Paseo del Prado. El 20 de mayo de 1902, al cesar la Intervención, se había llegado hasta la esquina de la calle Crespo, o sea, se habían construido unos 500 metros.
En 1902 comenzó una segunda fase de construcción, muy complicada en su ingeniería, y que concluyó en 1921. Este tramo se extendía hasta el Monumento a las Víctimas del USS Maine.
Posteriormente, un paréntesis de 27 años marcó el cese de las labores constructivas, lo que afectó en gran medida el tránsito del área en dirección a las barriadas de la clase alta Playa y Miramar.
Como consecuencia, muchos empresarios privados apoyaron financieramente la reanudación de la construcción del Malecón en 1948 que vio el final en 1952 ocupando el tramo que conocemos hoy en día, desde el Castillo de la Punta hasta la Chorrera, en la desembocadura del río Almendares. Por lo que podemos afirmar que su construcción total duro medio siglo.
¿Por qué el Malecón habanero es tan concurrido?
El paseo marítimo del Malecón recorre los municipios de La Habana Vieja, Centro Habana y Vedado, tres de los más concurridos de la capital por agrupar muchos lugares de interés social, cultural, artístico y profesional. Así que no es de extrañar que el flujo de personas y del tránsito sea muy alto, pues es una de las grandes arterias de la ciudad.
El muro del Malecón acoge día y noche, miles y miles de visitantes que se sientan a disfrutar de la vista y el delicioso aire de mar. Sobre todo, en las noches de verano, sin el azote del Sol, muchas personas, de todas las edades, se acomodan en lo que también se conoce como “El sofá de La Habana”.
7 curiosidades del malecón Habanero que te harán comprender mejor su valor.
- Se utilizó tanto hormigón para rellenar el espacio que el Malecón le robó al mar que se perdió la cuenta, al igual que con la cantidad de piedras vertidas sobre el lecho del mar para flanquear su profundidad.
- En la esquina de Malecón y Prado, donde hoy se levanta el moderno hotel Paseo del Prado, se construyó, a inicios del siglo, un hotel exclusivo llamado Miramar. Por primera vez los camareros usaban trajes de servicio de gala y no podían llevar bigotes. Fue el hotel más caro de su época con un costo de $10 por noche (teniendo en cuenta el valor del dinero en ese momento) y durante los primeros 15 años de la República uno de los más famosos.
- Antes de que el Malecón existiera, las casas que se edificaban en la acera de los pares de la calzada de San Lázaro se levantaban sobre pilares y tenían una especie de sótano abierto solo por el fondo, que devolvía las olas.
- El edificio de los Ataúdes es uno de los más populares de la avenida del Malecón por su particular visualidad y leyenda. Cuenta que el propietario lo diseñó y mandó a construir en honor a su hija de 15 años que falleció en un trágico accidente ahogándose en el mar frente al área donde hoy está la edificación. El edificio tiene 14 balcones en forma de ataúd. El tanque de agua, en la parte superior del edificio que no se percibe desde la calle, también tiene forma de un ataúd gigante y cuenta como el número 15, la edad que tenía su hija al morir.
- Mirando al borde interior del tramo del Malecón que recorre el frente del Hotel Riviera, existen unas grandes terrazas artificiales en forma de escalones que quizás muchos no hayan notado. Esta estructura fue concebida para el anclaje y desembarco de los clientes que visitarían el hotel en sus yates privados para disfrutar de su casino. Nunca se terminaron ni llegaron a usarse.
- Donde se encuentra hoy la Fuente de la Juventud, frente al hotel Riviera, existió el primer Palacio de Deportes de La Habana. Este espacio acogió números artísticos de gran calibre, entre los que figuraron los famosos circos como “Ringling Brothers” o “King American Circus” y espectáculos de patinaje sobre hielo. Su construcción en esta área no fue una decisión muy acertada y su demolición tuvo lugar en 1955, bajo la presidencia de Batista, con el fin de continuar el malecón desde la calle G hasta la calle 8 del Vedado.
- A inicios de los años 60 se instaló una torre de perforación de petróleo en la intersección de Malecón con la calle 23. La torre permaneció allí por unos meses, pero al no encontrar nada fue desmantelada. ¿Te imaginas? ¿Petróleo en Cuba? 😜
El Malecón habanero, además de ser una obra estrella de la ingeniería de la isla, goza de una función social, turística y local que ha definido a los cubanos por muchos años. No es de extrañar que muchos se den cita aquí y pasen las madrugadas esperando el amanecer al ritmo de guitarra y baile bajo el cielo estrellado.
Este banco gigante marca el pulso de la capital, pero ¿Sabías que otras provincias de la isla también tienen un Malecón? Tenemos tela por donde cortar Para Toda Cuba.